lunes, 5 de julio de 2010

sin querer queriendo!!!

Sin querer te amé, que ironía, queriendo ser ajeno a los sentimientos constantemente esquivándolos, evadiendo de mi mente los murmullos de mis pensamientos, pensando que así estaría a salvo y libre del dolor al que muchos han devorado. Pero en poco tiempo llegaste a ser la luz de mi vida y de mi alma, sin saber que existía el más grande amor, que llenaría el vacío de este inmenso corazón, que esperaba escondido sin querer ser descubierto, pero un día lo encontraste, creando en un instante el más hermoso nacimiento de una enorme ilusión, que gritaba sin control que eras tú a quien más quería…

Deseando fueras mi alegría que jamás perdería, entregándome completamente, a tus brazos que cálidamente cobijaban y fuertemente protegían, porque eras todo para mí, el sentirte cerca cada día a cada momento, el verte constantemente a mi lado cada noche, el permanecer con el aroma de tu piel, tus caricias que recorrían totalmente mi existencia, no había nada en el mundo que pudiera arrancar esa gran felicidad de tenerte eternamente.

Pero no fue hasta ese último momento en el que te alejaste y te fuiste sin decirme, dejándome completamente desconsolado, que sentí mi exasperada necesidad de ti. Llevándome a evadir la realidad tan intensa que me perturbaba, sólo encontré una forma de lograrlo, sumergiéndome en el líquido de la tranquilidad, Jamás me pude imaginar que a partir de ese instante, todo cambiaría.

No me diste la oportunidad de expresar lo que nunca quisiste entender, preferiste lo más fácil para ti, echar todo a un lado, y terminar, fue tu mejor alternativa de defensa, era lo más lógico, pero no fue lo mejor para mí, en ningún momento quise herirte, sé que lo hice. Por un error que jamás me perdonaré, y que llevaré acuestas, pudiste obtener instantáneamente mi castigo, llegando hasta el punto de morirme en vida, tratando de subsistir sin importarme absolutamente nada a mi alrededor, sólo aferrándome en una esperanza, que tachara tan desagradable dilema al perder lo más puro que nunca volveré a tener, tu amor.

Sin querer te odié, que contrariedad, queriendo eliminarme en el más largo abismo, y acabar con todo lo que ibas destrozando a tu paso, siendo el verdugo de mi corazón, asesinando sin piedad lo más sagrado de mi alma, enterrando mi espíritu en lo más profundo de la oscuridad, agonizando en la espera del último suspiro sin la esperanza de poder salir del infierno que mi ser percibe, acostumbrándose a las implacables llamas que como dagas traspasan una por una lentamente desgarrando mi pecho, que guarda en su interior el tesoro más grande, la alegría de despertar con el más hermoso anhelo, de vivir siempre amado.

Sin evitar el doloroso desprecio que permanecerá incrustado profundamente, tatuándose en mi piel, para siempre y para toda la vida, en lo más infinito del universo, en donde jamás podre encontrar la salida, la puerta que me lleve a reencontrarme con la paz, que logre al fin acabar con esta triste soledad.

¿Cómo deshacer de mi mente las palabras que retumban continuamente?, impactando como bala, rápidamente penetrando directamente hacia mi fulminación, diciéndome que ya querías a alguien más, no podía entender lo fugas que me dejaste de querer, una desilusión que día a día atormenta sin cesar, refugiándome en mi lamento, entristecida por mi llanto sin más lágrimas quede, desvaneciéndote cada momento en cada respirar, perdiéndote como hojas que vuelan con el viento llevándolas lejos, y así en un instante verlas desapareciendo en el más allá de los pensamientos de los más amargos recuerdos.

Queriendo olvidarte, ¡qué absurdo!, sin querer imaginarme que difícil y doloroso podría ser tan semejante odisea, que terrible es ocultar mis deseos fingiendo no quererte, es algo inútil aunque a veces lo creía. No podía evitar sentirme afligido al verte y no poder hacer nada, teniéndote tan cerca y la vez tan lejos, consumiéndome del sufrimiento, solitario y en silencio.

Mil veces quería llegarte y decirte que todavía te amaba, pero te encargabas de quitarme esa esperanza que me llenaba de valor a querer seguir con mi ilusión, que todavía sigue intacto, esperando, y nunca se cansara de hacerlo. Podría haber sido fácil no pensarte y olvidarte estando en otros brazos, surgieron oportunidades, pero no me atreví, porque si de verdad quería lograrlo sería con el tiempo.

Fueron muchas cosas las que por un instante conseguían aliviarme de mi tristeza, pero una de ellas, la más importante, mis amigos, mis ángeles, que aunque pocos, se convirtieron en una gigantesca ayuda, y que les agradezco por ese apoyo que a pesar de tenerlos conmigo siempre, en esos momentos en los que me sentía sin rumbo y perdido, fueron mi salvación, llegaron a llenar poquito a poco ese gran vacío que dejaste en mi corazón y que pudo ser curado, pero con grandes secuelas y con mucha dificultad para volver hacer el mismo, que un día vibraba de amor y de alegría al sentirse realmente enamorado.

Queriendo mi liberación, que satisfacción, sin querer volver a esa celda, a ese martirio que me hacia preso, encadenada por mis miedos. Entendí que haga lo que haga de ningún modo podre sacarte de mi mente, de mis pensamientos, de mi corazón y de mi vida.

Pero también tuve que aprender, aceptar que no debía seguir aferrándome a una esperanza inexistente, que sólo me aleja de la felicidad, de mis ganas de seguir adelante con mis sueños, mis anhelos, de seguir viviendo, a los que abandoné, y que ahora me necesitan para poder llevarlos a su realización, y así volver a renacer, retornando al verdadero camino, afrontando todas las dificultades, decepciones, y errores, que ahora fortalecen una nueva esperanza, pero que un día llegaron e hicieron todo lo posible para llevarme a la derrota.

Pero se acabó, it’s over, como me dijiste un día, todo tiene su límite, y de tanto ser llamado el mismo se ha presentado. Ya ha pasado mucho tiempo, años que me parecen sólo días, al recordar aquel momento en que te conocí, un jueves de mayo de, un día después de tu cumpleaño, jeje que día tan loco, el compartir desde ese instante un incierto viaje, un pasaje de ida sin saber cual era nuestro destino, algo tan bonito que sin querer queriendo ocurrió…

Desde que comenzó pasamos por innumerables experiencias y vivencias, muchas extraordinarias y maravillosas, con esplendidas alegrías y deseos, otras amargas y tristes, diversas emociones que jamás me imagine las viviría contigo, pero que pasaron, y que forman parte de este recorrido que sigue su curso.

Ahora puedo decir, que sin querer queriendo ame, siendo el sentimiento más hermoso que pude conocer, sin querer queriendo odie, siendo mi horroroso y único pecado, sin querer queriendo trate de olvidar, algo que jamás se puede apartar del camino, sin querer queriendo logré la liberación, de mi condenado espíritu, que un día yacía atrapado y disipado, y que ahora está vivo, lleno de alegría, de deseos, de pasión, lleno de un inmenso amor, listo para ser compartido, lleno de muchas esperanzas que aguardan para ser cumplidas…

En esta nueva vida que me espera, que me regala todo lo bueno y asombroso que conlleva a querer vivirla plenamente, sin miedos, dispuesto a lograr todo lo que me proponga y vencer todo lo que me dirija a la infelicidad. Pude haber alcanzado todo esto, gracias a un ser que aunque no constantemente lo busco…

Sé que estuvo ahí, a mi lado, sin dejarme caer, secando mis lágrimas, esperando que hiciera lo correcto, cuidándome, dándome ese apoyo con la ayuda de sus ángeles, que a través de él fueron guiándome, angelitos que les debo la vida, vida que un día perdí y hoy la he recobrado intacta, el regalo más grande que he recibido, nunca me cansaré de estar tan agradecido, de ser tan afortunado, de tener el verdadero tesoro, tesoro que sin saber, estaba ante mis ojos, ojos que estuvieron ciegos, pero que ahora ven la luz que ilumina el camino, camino hacia la felicidad, gracias a ti, mi Dios.


No hay comentarios: